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domingo, 10 de octubre de 2010

Cuento de Otoño

CALANDRIA LA CASTAÑERA
Calandria, la castañera, vivía en una casa del bosque. No oía bien y no tenía buena vista porque tenía muchos años. Llevaba siempre un gran delantal, un pañuelo en la cabeza, una toquilla de lana y una cesta en la mano. Cuando comenzaba el otoño iba por el bosque recogiendo castañas.
Un día vio que había muchas y empezó a recogerlas. -¡Castaña… a la cesta!– decía muy contenta. -¡Castaña… a la cesta!– al coger otra. Cuando tuvo la cesta bien llena, se fue a su casa y encendió el fuego para asar las castañas. Pero, … -¡Ay! ¿ Y las castañas? ¿Dónde están?- La cesta estaba completamente vacía. No quedaba ni una.
Empezó a llover y entre las gotas que caían al suelo, la castañera vio una castaña que andaba. -¿Cómo puede ser?- pensó. -¡Las castañas no andan!-. Pero… -¡si tienen cuernos!- gritó. -¡Las castañas no tiene cuernos!- pensó de nuevo.
Se dio cuenta que en lugar de castañas había cogido caracoles. Había por todos los sitios: en la mesa, en el suelo, en la pared, y... hasta en el techo… Volvió corriendo al bosque para buscar castañas. Pero... ¿cómo haría para no volver a equivocarse? Pensó, pensó y pensó, hasta que se acordó de una canción que le cantaba su abuela sobre los caracoles, pero no se acordaba:
¿Un caracol debajo de un botón,...? -¡No, así no!- ¿Un caracol se comió una col...? -No, así tampoco- ¿Un caracol en un cajón...? -No, así no- Un caracol se rompió el pantalón...? -No, así tampoco- Hasta que la final se acordó de la canción:
“Caracol, col, col,
saca los cuernos al sol
que tu madre y tu padre
ya los sacó”
Cuando terminó de cantarla dijo:
¿No sacas los cuernos? –Pues entonces castañas- y la echaba a la cesta. -¿No sacas los cuernos? –Pues entonces castañas- y otra a la cesta. Esta vez no se equivocó, volvió a su casa muy contenta con la cesta llena y empezó a asarlas, mientras gritaba:
"¡Castañas! ¡Castañas!
¡Castañas asadas!
¡Castañas! ¡Castañas!
¡Castañas tostadas!
¡Castañas! ¡Castañas!
¡Calientes y sanas!"
Y los niños que salían de la escuela, fueron corriendo
y muchos se quemaron por no esperar un momento.
Cuento "contau" por la chimenea se ha "escapau"

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